lunes, 27 de noviembre de 2023

El Go

Era de esperar que mi primera entrada después de la de presentación estuviera dedicada al Go, y es que como ya te habrás dado cuenta si me conoces de antes, yo funciono a base de obsesiones. No es algo de lo que sentirme orgullosa, incluso a veces creo que hago el ridículo con este comportamiento mío, pero ¿qué demonios? No hago daño a nadie. Quizás un día de estos dedique una entrada entera a esto, pero por hoy vamos a centrarnos en el tema que he elegido.

Fotografía de un tablero de Go. Es ancho y con patas, y tiene líneas verticales y horizontales pintadas en la superficie. En las intersecciones de estas hay colocadas fichas redondas blancas y negras.
Foto de Wikipedia

El Go tiene más de 4000 años de antigüedad y se dice que es el juego más difícil del mundo. No se tiene muy claro su origen, pero ha permanecido sin apenas cambio desde su creación. Se trata de un juego de estrategia para dos personas y su objetivo es crear territorio a base de ir colocando fichas (se las llama piedras) en las intersecciones de las líneas, no en el interior de los recuadros. Las piedras que quedan conectadas en vertical u horizontal van delimitando el territorio y aquellas que quedan rodeadas por completo por las del contrario son conquistadas y retiradas del tablero.

Esta es una descripción muy básica. Si quieres aprender más, te recomiendo que busques en YouTube, Instagram o TikTok, donde hay un buen número de canales difundiendo contenido sobre Go. Y para que te sea más fácil de encontrar, mejor usa su nombre en coreano (baduk) o en chino (weiqi).

No es nada difícil aprender las reglas. Apenas hay unas pocas y son muy sencillas, por lo que tras quizás media hora de explicación, ya podrías arrancarte a jugar una partida. Entonces ¿por qué se dice que es el más difícil? Porque al mismo tiempo que tú vas tratando de conectar tus piedras y delimitar tu territorio, tu contrincante no solo va a hacer lo mismo, sino que va a intentar invadirte. Y solo tienes una oportunidad de hacer algo en cada turno: dejas una piedra donde veas conveniente y tu contrincante hace lo propio. Si te equivocas, no puedes rectificar, pues las piedras no se mueven una vez están en el tablero.

Foto de un tablero de Go y una mano sosteniendo una piedra blanca entre los dedos índice y corazón. En el fondo hay una vela pequeña encendida.

Lo cierto es que, de todas mis aficiones, esta es una de las que menos "me pegan". He pasado por muchas que han sido pasajeras: los amigurumis y el crochet, el maquillaje, el patinaje... Esta, no obstante, yo creo que ha llegado para quedarse. Y digo que no me pega porque jamás me he interesado por un juego de estrategia. Aprendí lo básico del ajedrez cuando era muy pequeña y nunca me llegó a conquistar. Ya de adulta, cuando se pusieron de moda, me compré un tablero de cristal y tampoco me cautivó el juego. Sin embargo el Go tiene algo muy ligado a la creatividad que sí va más conmigo y tal vez sea por eso por lo que me he enganchado. No en vano, el tablero podría ser un lienzo en blanco sobre el que hay que dibujar. Además, creo que el aprendizaje y la práctica son muy buenos para la salud mental a largo plazo. A corto... quizás no tanto. Y es que el Go hace que tu tolerancia a la frustración aumente enormemente.

Aún recuerdo cómo perdía y perdía partidas sin entender qué estaba haciendo mal y por qué no mejoraba. Yo he sido autodidacta hasta hace poco, y es algo que no te recomiendo para nada. Hay mucho material en redes, hay libros, pero nada como tener a una persona con más nivel que tú que te diga qué estás haciendo mal y por qué, así que si te has animado a aprender, te recomiendo que busques si hay algún club en tu ciudad o en su defecto, alguien que juegue. A mí el estancamiento llegó a afectarme anímicamente y se extendió a otras cosas, como por ejemplo el dibujo. Pero luego encontré a gente que jugaba en mi ciudad y la cosa empezó a cambiar.

Y es que hay un componente social importante en el Go. Quizás porque no es algo que practique mucha gente y, dado que no se puede jugar en solitario, siempre nos arrimamos les unes a les otres. Y quizás también por eso, el nivel de cooperación es muy grande. Independientemente de si les gusta o no enseñar, todas las personas de más nivel que yo con las que he jugado han tenido después un comentario acerca de la partida, consejos y palabras de ánimo. Porque todes queremos que la gente novata se enganche y siga jugando, y por eso siempre estamos dispuestes a echarles un cable. Además, y esto es importante, encuentro esta comunidad (en España, al menos) muy inclusiva. Somos pocas mujeres, desde luego, pero al menos hasta la fecha no he encontrado ningún tipo de discriminación, paternalismo, subestimación..., ni fuera ni dentro del juego. Así como tampoco he visto jamás un comentario homófobo o xenófobo dentro de los grupos. Que luego en su casa cada cual será de su padre y de su madre, como se suele decir, pero entre nosotres siempre impera el respeto y eso me encanta. La parte de esa gran disparidad... pues supongo que será lo de siempre: el Go requiere mucha dedicación y horas de práctica y estudio, y por desgracia a estas alturas de la vida, todavía somos nosotras las que tenemos más carga fuera del ámbito laboral (no es mi caso, por fortuna vivo con un adulto funcional).

Pero volviendo al aprendizaje y al tema social, he mencionado que fue el conocer a más gente  jugadora lo que me ayudó a avanzar. Conseguí enganchar a mi amiga Carolina, de casualidad alguien en Mastodon me dijo que había un grupo de Telegram de habla hispana y además Carolina sugirió hacer una cuenta de Instagram para tratar de hacer encuentros en nuestra ciudad. Fue así como averiguamos que en Málaga hubo asociación pero que acabó disolviéndose por varios motivos, y como al final conseguimos reunir a la mayoría, encontrar a más personas y plantear el crear de nuevo la asociación.

Fotografía de dos tableros de Go con gente jugando.
Foto de uno de nuestros encuentros en Málaga.

Y también a raíz de esto es que yo me animé a participar en torneos. Antes de seguir, quiero dejar clara una cosa: el Go no tiene por qué ser competitivo. Puedes aprender y puedes jugar, y quizás si te basta con eso puedes quedarte en un nivel bajo y disfrutar. O puedes querer superarte y ganar niveles pero no a nivel competitivo, con lo que bastará con que juegues online o en tu club. En mi caso, al principio pensaba que no tenía nivel como para apuntarme a un torneo, pero varias personas me animaron a hacerlo, pues no solo no se necesita nivel mínimo sino que también se aprende. Y allá que fui.

Me estrené en Cádiz este septiembre sabiendo de antemano que no iba a lograr nada. En efecto, perdí las 5 partidas que jugué pero me fui de allí, con buen sabor de boca y más conocimientos. Y repetí en Sevilla a principios de Noviembre, con expectativa de al menos ganar una partida. Gané dos, aprendí un montón de las dos que perdí y, lo más importante para mí, subí cuatro puestos de golpe en mi rango, lo cual significa que en un mes y medio he mejorado un montón. Eso, para mí, tiene muchísimo valor porque nunca habría imaginado que yo pudiera tener la agilidad mental suficiente como para ser al menos decente jugando a esto.

Otra fotografía de tableros de Go y gente jugando.
Foto del torneo de Sevilla.

Sé que llegaré a un tope, sé que nunca llegaré a ser una gran jugadora, pero no me importa. Lo que llevo recorrido es más de lo que podía esperar, ya que creí que había alcanzado ese tope y entonces pegué un subidón en Sevilla. Así que continúo día a día, estudio mucho menos de lo que debería, juego tanto como puedo, y espero que esta afición no sea pasajera como otras tantas, porque es verdaderamente hermosa y enriquecedora, y sobre todo está ayudando a mi autoestima, que no suele ser demasiado alta.

Si después de leer esta entrada te ha entrado el gusanillo y te apetece probar, puedes empezar por ver las lecciones disponibles en www.online-go.com o en la app BadukPop para móviles. Y yo estaré encantada de ayudarte y de jugar contigo, por supuesto.

Te dejo con una última imagen del culpable absoluto de que yo me iniciara en el Go: el anime Hikaru no Go, uno de mis favoritos. ¡Hasta pronto!

Ilustración digital del anime Hikaru no Go.


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