miércoles, 12 de junio de 2024

"El rey que debió morir", o cómo cargarse el final de un libro

Hoy traigo reseñita literaria. Hace ya que me terminé esta novela, pero estoy en una época muy complicada para mí y me ha costado sentarme en el PC a escribirla. Por suerte, parece que todo empieza a mejorar y además hoy me he levantado pronto, así que hay que aprovechar.

Antes que nada, aclarar una cosa: que este libro es una autopublicación, y por tanto no voy a dejar reseña en Amazon ni en ningún otro medio que pueda perjudicar a la autora. Autopublicar supone un esfuerzo y un trabajo enormes, y a no ser que seas una persona famosa, lo más seguro es que te vaya a leer tu círculo más cercano y el poquito público al que puedan alcanzar los algoritmos de las redes sociales y de las plataformas donde vendas tu libro. Así que una mala reseña hace muchísimo daño y nadie merece que le tiren por tierra su esfuerzo. Bueno, a no ser que tu libro tenga la intención clara de atentar contra los derechos humanos. Entonces sí, entonces mereces que te lo tumbemos a base de reseñas negativísimas.

Dicho esto, te voy a contar un poco acerca del libro del que he venido a hablar, con spoilers y todo, y de por qué no me ha gustado.

Libro "El rey que debió morir - Corona de sangre", de la autora María Barrera Piña. En la cubierta se ve en penumbra una ciudad sobre un risco, con una torre en lo alto y el cielo rojo y lleno de nubes.
(No cobro, puedes darle al enlace sin miedo)

Antes de nada, no está de más contar cómo llegó a mí este libro. El año pasado fui a firmar al Libro Forum de Sevilla, un evento literario pensado para autores autopublicades y editoriales pequeñas. Me fue horriblemente mal, ya que el único ejemplar que firmé fue para la cuñada de mi editora, que vino a echar una mano, pero esa es otra historia de la que no descarto hablar en una futura entrada.

El caso es que hubo un sorteo en el que participamos cinco personas. El sorteo en cuestión ni siquiera estaba anunciado, creo que fue algo improvisado y yo, como estaba más aburrida que una ostra, fui a ver. El premio, obviamente, era un lote de libros de autores que habían asistido (ya podría el organizador haberme pedido uno a mí, lo habría donado con gusto) y, siendo tan poquitos participantes, al final se dividió el lote entre todes y nos llevamos a casita cinco libros.

Te cuento esto porque yo leo casi en exclusiva literatura romántica LGBT, y esto se sale bastante de mi zona de confort, por lo que no es un libro que me hubiera comprado. Eso no significa que me haya disgustado por esta razón. De hecho, no suelo forzarme a terminar libros que no me están gustando porque eso me acaba creando un bloqueo lector y no quiero que me vuelva a pasar.

La novela empieza nada menos que con una maga a la que envían en una misión. Con este comienzo y la sinopsis de la contraportada, yo pensé que se trataba de fantasía, pero lo cierto es que la fantasía queda en un rinconcito muy escondido y ya tirando para el final. Más bien lo que me encontré fue una historia de intrigas palaciegas que, oye, no estaba mal.

A pesar de que se nota a la legua que la autora no pagó una corrección profesional (nada que objetar, hay gente que no se lo puede permitir) y de que tiene bastantes fallos de redacción y algunos de ortografía, no entorpecen a la lectura. Y la premisa está bien. No es que estuviera disfrutando como una cría leyendo, pero lo encontraba interesante.

Nos encontramos en el reino de Sairgan, que lleva en paz veinte años después de haber aniquilado a todos los magos (bien de genocidio). El rey tiene tres herederos: Kiliam, Alina y Kahel, y es tradición de Sairgan decidir quién reinará a través de una serie de pruebas y competiciones. La princesa Alina no está interesada en ser reina, por lo que Kiliam y Kahel se disputarán la corona. Todo apunta a que será Kiliam el ganador, pues ha querido ser rey durante toda su vida y, por lo tanto, se ha estado preparando para ello mientras que Kahel solo se ha interesado en la corona ahora, al comienzo de la novela, cuando ya es adulto. Efectivamente, es Kiliam quien gana la competición y será coronado como futuro rey, pero entonces... aparece muerto en su habitación.

Hay muchas intrigas, un Consejo rancio del que el rey no puede deshacerse y que conspira para sus propios intereses desde el principio y un país vecino, Zamur, con los ánimos muy caldeados.

O sea, que la premisa está bien y, en general, todo el libro mantiene el interés. ¿Por qué, entonces, digo que no me ha gustado? Solo y exclusivamente por el final.

La autora no escatima en descripciones acerca de los personajes, sus pensamientos y qué sienten en cada momento. Y tenemos a la princesa Alina, que ha asumido un puesto de diplomática y que es una grandísima aliada de Kahel. Quiere a su familia, quiere a su reino y aunque no esté interesada en gobernarlo, está ahí para lo que haga falta. Es algo que queda claro desde el principio. No hay actitudes raras, no hay indirectas, no hay dobles sentidos... Alina es así. Además, tiene un romance con un soldado y, aunque tenemos claro que Alina no está del todo conforme porque al ser ella princesa debería estar con alguien de su clase social, no puede resistirse a él. Llora la muerte de su hermano, desprecia al rey de Zamur, a quien se ha atribuido el asesinato e incluso hay un pasaje en el que se da cuenta de cuánto ha cambiado ese personaje. El rey de Zamur antes era amable con ella, en sus visitas diplomáticas la llevaba a ver el reino y la trataba bien, pero cuando es invitado a Sairgan se presenta como un loco cruel y sin escrúpulos. Y Alina lo ve. Son muchos detalles que hacen que el final, en vez de ser un giro argumental que me sorprendiera, simplemente hizo que el resto de la novela perdiera toda la credibilidad.

Y es que, como ya estarás sospechando, al final Alina es la mala. Ella es la que asesinó a Kiliam y mantiene un complot con el rey de Zamur, con el que pretende casarse y a través de esa unión, destruir Sairgan. Simuló un intento de asesinato contra ella, se deshizo de su amante engañándolo con una misión que en realidad no era otra cosa que enviarlo directo a su muerte y, en realidad, desprecia a toda su familia. Y de eso te enteras en una única página, a través de una carta que envía al rey de Zamur. 

Es que simplemente no me lo creo. Luego quedan varias cosas en el aire, como por ejemplo por qué la maga del principio está en Sairgan, ya que se sabe que la han enviado allí para que impida la guerra pero no se sabe qué pintan los magos en todo ese asunto. Se intuye que el príncipe Kahel tiene algo que ver con la magia, pero no se sabe el qué y, en general, quedan muchas cosas abiertas que supongo que se resolverán en la segunda parte. Eso, claro, suponiendo que esta sea la primera, porque tanto en este libro como en el otro de la saga, en Amazon pone "libro 2 de 2", entonces yo qué sé.

Pero bueno, lo dicho. Me pareció tan forzado y tan mal preparado ese giro argumental que perdí el interés por completo. Ya sospechando que habría segunda parte estaba dispuesta a comprármela (en digital, eso sí), pero qué va.

Luego veo las reseñas y, aunque son pocas, todas ponen muy bien la novela y hablan bien de ese giro argumental pero yo, sinceramente, es que no me lo trago. Pero ey, igual soy yo, que no leí con atención los detalles, todo puede ser. Aun así, tengo muchos libros pendientes todavía y no me merece la pena el esfuerzo de una relectura, así que nada, una lástima.

Si a pesar de esta reseña tienes curiosidad, a mí me falta espacio en las estanterías. Te lo regalo y va en serio. Solo te pido que me pagues los gastos de envío (o que vengas tú a buscarlo si vives en Málaga) y que no lo vendas, eso estaría feo. Así que, si lo quieres, escríbeme y la primera persona que se interese, se lo lleva.

Espero que el siguiente me deje mejor sabor de boca.

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